Jorge Borjas Benavente
La conurbación de Tequisquiapan y el surgimiento de la Avenida Carranza tendrían un fuerte impacto en el desarrollo de la ciudad de San Luis Potosí. Por un lado, la forma de vida rural, dependiente de los campos de cultivo que rodeaban el entonces Camino Real de Tequisquiapan, sería paulatinamente abandonada, lo cual provocó que estos espacios se incorporaran primero a las fincas y posteriormente se fueran seccionando para dar pie al surgimiento de fraccionamientos residenciales. Pero no podemos olvidar otro fuerte impacto, que sería la disección del Barrio en dos grandes sectores: el sur y el norte.
A continuación haremos un somero recuento de cómo fueron desapareciendo las huertas en pos de la urbanización y de ambos sectores señalados.
Recorreremos así la parte sur en dirección este-oeste, para regresar por la norte en dirección contraria. Lo que resulta a la vez en un recorrido temporal de ida y vuelta, pues al hablar de la parte austral iremos de pasado a presente, mientras en la septentrional hacia el pasado.
El sur del Barrio
Como podemos deducir, sobre Carranza, hasta principios del siglo XX, en la zona ubicada entre la Avenida Reforma y el Jardín de Tequis, había muy pocas construcciones. Estaba bordeada a esas fechas por fincas perfectamente alineadas y con muy buen esfuerzo por darles altura y estilo uniformes, sin embargo, no conformaban un paramento continuo como en el tramo que corre hacia el Jardín Hidalgo. Tampoco existían sensu stricto calles que derivaran de la Avenida hacia el norte o hacia el sur. Debemos tener en cuenta que detrás de las fincas había aún huertas y sementeras y por tanto no existían muchas de las calles que hoy conocemos en ambos sectores del Barrio, sino angostas veredas que daban paso entre diferentes propiedades.
Con el tiempo, la gente que deseaba ser vecina de la vialidad formalizada por Carlos Díez Gutiérrez (1882), iría en aumento; lo que implicaba, para que el número de construcciones creciera, fraccionar los terrenos o huertas de las grandes fincas. Esta división de las huertas en manzanas y su posterior lotificación, iniciaría hacia los años veinte del siglo pasado tras el derribo del templo de Tequis y la expansion de la Avenida, continuando hasta los años cuarenta.
En la parte sur del Barrio, comenzaría el proceso con la ya disminuida huerta La Palestina, que los descendientes de don Felipe Muriedas Fox vendieran hacia 1934 a la sociedad formada por Herculano Piñero, Constantino Villalobos, José Vilet Ribé y Roberto García Larrañaga. Con afán vanguardista, dicha empresa fraccionó la huerta rebautizándola como colonia Moderna. Este fue el inicio del cambio de densidad poblacional del Barrio de Tequisquiapan: grandes superficies con bajo nivel de concentración demográfica, fueron divididas en pequeñas áreas densamente pobladas.
Contigua a la propiedad del señor Muriedas se encontraba la finca Brown, desde lo que actualmente es la Plaza las Américas hasta la calle Anáhuac, encontrando su límite sur en lo que ahora es la privada de Escontría.
A fines de la década de 1930, se fraccionó la huerta San José, conocida popularmente como “del Sagrado Corazón”, que fuera propiedad de la familia Muriel. Ésta abarcaba desde la actual calle Anáhuac hasta las Torres Carranza, casi en la esquina con Mariano Ávila. La parte occidental de la finca se dividió dando lugar a que se abriera la calle Justo Sierra en los años cuarenta, lotificando así la superficie y mutilando la antigua y señorial casona. Las casas que en este espacio se construirían comprendieron dos estilos perfectamente diferenciados: uno de transición propio de los años cuarenta-cincuenta y el otro de mediados de los cincuenta. Del segundo surgieron casas sobre superficies notoriamente mayores.
[*Fragmento del capítulo I del libro del “Transformaciones de la Avenida Venustiano Carranza de San Luis Potosí”, que está a la venta en librerías]